Por Joselin Lara
2022-06-30
Las cifras económicamente integrales nunca han sido buenas para la economía de México y el problema es que no han mejorado recientemente.
Al igual que el número de asegurados, el número de cuentas de ahorro ha disminuído. En cambio, el crédito oficial aumentó, pero levemente y principalmente en relación con el salario.
En México, la legislación que rige parte del funcionamiento de las cifras económicamente integrales es insuficiente, aunque está en evolución.
Por otra parte, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), genera quejas con los usuarios.
Mientras tanto, cada vez más fondos de riesgo se están invirtiendo y muchos de ellos se eligieron por ser opciones de financiación para miles de empresas y proyectos que no encontraban oportunidades de financiación.
Los bancos tradicionales ofrecen cada vez más vías de acceso digital, lo cual es positivo, pero solo si se garantizan algunos factores de eficiencia.
Entre ellos, el desarrollo de un sector fintech saludable con ciberseguridad en un mercado emergente de bajo costo, bien regulado y bien regulado, con foco en mercados y productos innovadores.
Si se cumplieran estos factores, esto de verdad podría mejorar al democratizar la banca y contribuir a reducir brechas de desigualdad de género, regionales y de nivel de ingresos.